<$BlogRSDURL$>

lunes, marzo 29, 2004

Me extendí hasta lograr tocar las yemas de mis dedos con las suyas. Sentí esa electricidad y con la velocidad de la luz nos separamos, ambos salimos despedidos por los aires.
Un par de días más tarde, creo, desperté... miré a derredor. No había nada ya, solo yo y ese color extraño.
Cerraba los ojos y solo podía divisar esa abastecedora tonalidad, estaba por doquier, mi piel ya se tornaba tal cual.
Con el pasar del tiempo, digamos sin cuenta, convertime de ese color y no mucho tiempo quedaba hasta formar parte de este.
No habìa noche, dìa, verano, invierno, tiempo; no sentìa hambre y, sin saber cuanto tiempo exactamente, no comía aún.
Transformada, mezclada en esa tonalidad, sin ambargo, expandida en un color eterno, podía sentirme respirar. Inhalar, exhalar.
Renacieron mis ojos y mi cuerpo en otro espacio, uno de mi imaginación, donde todavía no formaba parte enteramente mi ser. Ingerí todo el aire y oxígeno anhelante por llegar ahí, consumí totalmente ese desconocido color, hasta sentir y ver mi cuerpo realmente en ese otro mundo. Tangible ya.
Caminé por prados infinitos, comenzé a correr queriendo llegar a un fin. Tropecé y en un enorme lago, a posteriores un océano. Nadé.
Salí ilustre andando por esa esbelta playa. Me arrimé a un árbol y sobre él me recosté. Soñé.
Sentí como tan velozmente pude recorrer mi itnterior y como si me "desahogara", volví a ver ese color; abrí los ojos desesperadamente e impaciente, ya nada había. Ni si quiera yo.
Ese todo eléctrico, que finalmente me cegó y esa electricidad recorrió mi cuerpo escondido. por primera vez lo sentí realmente, me dispercé en esta rara tonalidad jamás vista antes.
Y ahora, mientras me siento desgarrar, canto para aliviar el dolor.

Comments: Publicar un comentario