Picurú

Afinando en mí.
Entonando en cualquier escala.
Dejar de confundirme entre consonantes, SOL-RE.
Buscando la tónica de cada momento.
Escapando, cayendo en picada por una escala desescendiente a ritmo de semicorcheas. Y mi pulso no da, no llega.
Aumentan los tonos, subiendo por semitonos. Gritando ya mis cuerdas, buscando un receptor.
desafino: DO-RE-MIb-FA-SOL-LA-SI... Mí, tratando de afinarme en mí. Me demoro.
Sostenidos y bemoles, ser yo. Una nota, un hecho, sin reminiscencias, sin tambaléos, ni tembleques. "Mí"...
Desinhibir mi voz frente cualquier orquesta.
Como un granuja, robarle el valor al miedo y la verguenza, exigua de coraje.
Ladinamente convierto este ahínco interno, privado y propio, en algo colectivo, masivo, masizo pero conservo su abstracta estructura.
Entre líneas, espacios, ritmos, escalas, tonos y cuántas cosas más podría yo decir que me escondo. Me inhibo por el miedo a desafinar y... susurro.
Nadie advierte la presencia de mi ausencia por entre las notas.
Nuevamente: (Aún mayor) DO-RE-FA-SOL-LA-SI, no estoy.
Ya ni canto, ya me escondo.
Tímidamente y con la cabeza gacha trato de disimular esta leve sonrisa. Trato de reprimir este primer indicio gesticulado de un yo interno.
Ser "MÍ" en cualquier escala, tono, momento o lugar.