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miércoles, febrero 18, 2004

Si tanto desprecio es el que le tengo a esta sociedad es por la gente que veo a derredor.
Esas personas que sus charlas más prioritarias son acerca de ropa, moda y celulares, esa gente que le importa una mierda todo y que no usa el cerebro para pensar. Conversaciones vacías, principios lamentables, cerebros lavados y mentes polvorientas.
Todos tratando de ser algo que no son, tratando de evitarse los problemas. Regidos por la moda y la falsedad. Sin depresiones que a veces son vitales, depresiones que traen problemas pero que no los generan, sino que ya estaban y ayudan a verlos... depresiones que buscan soluciones.
Y la gente trata de ser siempre feliz ¿Pero que es la verdadera felicidad? Es la satisfacción de resolver miles de temas de cada uno, lástima que muchos piensen que la felicidad está en las cosas tangibles, materiales y superficiales.
Y el mundo está en manos de esa gente... es depresivo, es deplorable.
Salir a caminar por la calle y ver lo que es la humanidad. Y después las personas no entienden porqué no quiero formar parte de ella, porque tanta bronca me da ser un ser social, porqué soy tan antisocial hasta tal punto que me han dicho que soy peor que el lobo estepario y porqué puedo decir que me siento misántropo.
Si alguien piensa de la misma forma que yo se daría cuenta de la impotencia que siento al darme cuenta que es tampoca la gente rescatable, de diez cuanto mucho se salvan dos, y es tan difícil hacer a las personas reaccionar.
Y ves a los adolescentes perdidos, que en lo único que piensan es en salir a tomar, fumar, encararse minas, encamarse con alguien, tranzarse algún pibe, en comprarse accesorios inútiles, tener amigos y ser la persona más social y popular, pero cuando se den cuenta que en realidad son puro decorado que dentro de sí no tienen nada y que desperdiciaron tantas cosas, oportunidades, se van a lamentar o quizá nunca se den cuenta, lo cual es más lamentable...

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